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lunes, 14 de febrero de 2022

¿ES TU SISTEMA INMUNE UNA CELESTINA?: San Valentín 2022


Hace unos días, llevado por la lectura de varios titulares un tanto sensacionalistas, pensé en escribir un artículo para celebrar este San Valentín 2022 (como viene siendo ya costumbre en el Blog), pero, tras varias consultas más, el resultado ha sido distinto al que pretendía en un primer momento. No voy a negar que me llevé una pequeña decepción, pero así es la ciencia, lo que hoy se sabe mañana puede llegar a desmentirse, corregirse o matizarse, permitiendo el avance en el conocimiento del mundo que nos rodea.

Celestina. Huerto de Calisto y Melibea (Salamanca).
Mi artículo original tenía por título: "Tu sistema inmune es una Celestina", entendiendo por Celestina una mujer alcahueta, o mujer que concierta una relación amorosa, según la RAE. Celestina como la protagonista de la tragicomedia "Calisto y Melibea" de Fernando de Rojas, y tan importante que la obra es más conocida hoy día como "La Celestina". 

Volviendo al título del artículo, como habréis observado, este cambió al mover el verbo y añadir signos de interrogación, transformando una afirmación en una interrogación, valga la redundancia. La importancia de los signos de puntuación, cada vez más denostados.

En época de pandemia, en la que todos nos creemos expertos en inmunidad y oímos hablar del sistema inmunitario en el bar, en la pescadería, y hasta en la cola de la frutería, yo voy a hablaros de una parte importante del mismo, aunque no tan conocida, el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC, acrónimo para el inglés Major Histocompatibility Complex).

Dado que algunos os estaréis preguntando qué tiene esto que ver con la Celestina y San Valentín, os diré que algunos autores creen que mucho, unos que poco y otros que nada. Yo creo que lo suficiente como para traerlo al blog. Me explico, el MHC ha demostrado influir en la elección de pareja en distintas especies animales, y algunos autores creen que también lo hace en humanos. ¡¡No me digáis que no es fascinante pensar que tu sistema inmunitario elige pareja por tí!! Esa es la base de los titulares que leí y nos han traído hasta aquí. Según algunos estudios, cuando veas a una persona por primera vez, en el bus, en el metro, al cruzar la calle, o en la farmacia comprando un test de antígenos..., y te atraiga, el MHC, habría decidido ya si te conviene o no esa persona. Como diría uno de mis alumnos ¡de locos!

Vayamos por partes. 

¿Qué es el Complejo Mayor de Histocompatibilidad -MHC- y cómo funciona?

El Complejo Mayor de Histocompatibilidad o MHC, también conocido como Complejo principal de histocompatibilidad, es una familia de genes ubicados en el brazo corto del cromosoma 6. Como esto nos dejá fríos, de manera sencilla, diremos que el MHC es el mecanismo que permite diferenciar a nuestras defensas las células propias del organismo de los patógenos potencialmente peligrosos, o células extrañas, no propias. Esto incluye a los tejidos u órganos trasplantados, lo que explica la necesidad de inmunodeprimir a los pacientes sometidos a este tipo de intervenciones para evitar rechazos sorteando este mecanismo de defensa, con todos los riesgos que conlleva dejar al paciente indefenso ante los ataques de casi cualquier cosa.

Las moléculas del MHC (conocidas en humanos como antígeno leucocitario humano -HLA-) unen pequeños fragmentos de proteínas (procedentes de antígenos) del interior de una célula y los presentan/muestran en la superficie celular.

Imagen 1: Procesamiento y presentación de antígenos endógenos. Fuente.


Imagen 2: Procesamiento y presentación de antígenos exógenos. Fuente.

 

Estas moléculas son revisadas por los linfocitos T (como quien te pide la identificación para saber si eres socio de un club o ciudadano de un país) para evaluar las células en busca de signos de infección o daño. Estos linfocitos son algo así como un cuerpo de élite dentro del sistema inmunitario. Son capaces de identificar a casi cualquier agente extraño que entre en nuestro organismo y organizar una respuesta rápida contra ellos, lo que les ha valido, por parte de algunos inmunólogos, el título de células más inteligentes de nuestro cuerpo.

 En condiciones normales, las moléculas del MHC llegan a la membrana celular unidas a elementos propios (pertenecen al organismo), por lo que, al presentarlos a los linfocitos T no los activan, los papeles están en regla y no desencadenan respuesta inmune; cuando por infección o cambios patológicos de la célula, emergen, portando una molécula extraña (no pertenecen a ese organismo) en lugar de una propia, la célula T se activa y responde inmediatamente para eliminar al intruso. Esto permite al sistema inmune identificar a tiempo agentes patógenos, como virus y bacterias, y combatirlas para evitar su multiplicación.

Proceso de activación de los Linfocitos T. Fuente.

Por si os perdisteis todas las tertulias de este país, desde que empezó la pandemia por Covid-19, te recuerdo que un linfocito es un tipo de glóbulo blanco y que los tipos de linfocitos más importanes son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos B elaboran anticuerpos y los linfocitos T ayudan a destruir las células tumorales y a controlar las respuestas inmunitarias. Se subdividen en varias categorías, destacando:

1) Linfocitos T asesinos (NK -Natural Killer): matan a las células que han sido invadidas por patógenos (ej. virus).

2) Linfocits T cooperadores: ayudan al resto de células inmunitarias a llevar a cabo sus funciones, lo qu incluye ayudar a los Linfocitos B a producir anticuerpos.

3) Linfocitos T de memoria: como su nombre indica, recuerdan las características de los invasores para, si vuelven a aparecer, desarrollar una respuesta inmediata dando instrucciones a los Linfocitos B para que fabriquen anticuerpos. Es la llamada inmunidad adaptativa, y esta memoria es lo que se persigue con los procesos de vacunación, y por lo que algunos patógenos solo nos afectan una vez en la vida. Pueden protegernos de un agente patógeno años después, incluso, de su primer ataque.

 

  Si quieres ampliar mucho más lainformación acerca de los mismos pincha aquí y si quieres algo más ligero hazlo aquí.

En casos como las vacunas, a las que tanto debemos, el HLA ayuda a reconocer un microorganismo a través de una versión atenuada del mismo (vacunas "tradicionales"), o de partes del mismo sintetizadas por nuestro organismo (vacunas RNAm) y neutralizarlo cuando seamos infectados de verdad (no, las vacunas no te inyectan los virus completos e infecciosos), evitando así que nos cause daño, o que este sea grave.

*Nota: hay estudios que sugieren que el SARS-CoV-2 posee alguna estrategia de evasión inmunológica contra la vía del MHC de clase I -Imagen 1-. (ver) No es de extrañar, pues así como nuestro sistema inmune evoluciona tratando de eliminar a los patógenos, estos hacen lo mismo intentando evitarlo en un claro proceso de coevolución.

La reproducción sexual gracias a la variación genética que genera, y este mecanismo de respuesta inmunitaria, son claves para la supervivencia de cualquier especie, incluida la nuestra. Esta es la base para estudiar cómo influye el MHC en la elección de pareja sexual.


MHC Y ELECCIÓN DE PAREJA SEXUAL

El estudio de la relación entre el MHC y la selección sexual se remonta a 1976, cuando Yamazaki et al. demostraron que ratones machos escogían como pareja a hembras con un MHC diferente al suyo. Desde entonces son multitud los estudios que han demostrado, o buscan confirmar y explicar este hecho en multitud de vertebrados como peces, reptiles, aves, mamíferos, y también humanos, de poblaciones naturales.

El objetivo para llevar a cabo una selección en función del MHC (HLA en humanos) estaría claro, mejorar el sistema inmunológico apareándose con individuos con un sistema inmunológico formado por defensas completamente distintas a las propias. De esta forma aumenta la probabilidad de que la descendencia sea heterocigota para el MHC y, por tanto, más resistente a un mayor espectro de patógenos y enfermedades, pues contaría con "información" distinta de la madre y del padre, en lugar de un solo tipo.

Fuente.
En muchas especies, tanto la comunicación social, como la elección de pareja, están influidas por señales olfativas asociadas al complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Aunque aún no están resueltas todas las dudas, algunas estudios muestran que esto mismo ocurriría en humanos en los que el HLA provocaría que los olores corporales de los individuos que tengan un código genético distinto, que ofrezca mayores defensas a los posibles descendientes, resultasen más agradables y atractivos que otros. Estas señales olfativas se desprenderían de fluidos como la saliva, el sudor y la orina, dos de ellos aparentemente poco atrayentes si de olores hablamos, al menos conscientemente.

En vertebrados, la selección sexual dependiente del MHC podría producirse tanto en la fase precopulatoria como en la postcopulatoria, basándose en diferentes aspectos de los genes del MHC, incluyendo la selección que favorece o desfavorece alelos específicos (información genética par un determinado carácter), la selección que favorece alelos del MHC más numerosos y/o más diversos, y la compatibilidad del MHC (similitud/disimilitud) entre las parejas. Un meta-análisis que incluye estudios sobre la selección pre-copulatoria y post-copulatoria en los vertebrados no humanos, apoya la elección femenina para la diversidad del MHC y la elección para la disimilitud del MHC independientemente del sexo del individuo que elija a su pareja. Hace tiempo escribí sobre quién elegía a quién, podéis leerlo aquí.

Alerón sudado. Fuente.
Como sé que os estaréis preguntando cómo se analiza la preferencia olfativa humana, os contaré dos de los experimentos más famosos (y asquerosillos) relacionados con el olor corporal y la selección sexual en humanos, los "Experimentos de las camisetas sudadas". Aunque parezca un poco repugnante, recordad que las otras alternativas eran la orina y la saliva, no había escapatoria digna. Dichos experimentos  fueron llevados a cabo por C. Wedekind y colaboradores en 1995 (ver aquí ) y por C. Wedekind y S. Füri en 1997 (ver aquí). Aunque la mecánica difería un poco entre uno y otro estudio, básicamente os diré que consistían en pedir a hombres que practicaran ejercicio, o durmieran, con unas camisetas para, después, pedir a varios hombres, y/o mujeres, que olieran el perfume embriagador emanado por los axilares masculinos en esas camisetas y que las calificaran en función de su grado de atracción por el mismo. Lo que vendría siendo una cata a ciegas de sudores, ¡vamos!

Las mujeres que estaban ovulando calificaron los olores de los hombres con diferente MHC como más agradables que los de los hombres con MHC similar. Además, los olores de los hombres con diferencias de MHC a menudo les recordaban a esas mujeres a las parejas actuales o anteriores, lo que sugiere que el olor, específicamente el olor para la diferencia de MHC, juega un papel en la elección de pareja. Otro resultado interesante de estos estudios sería el hecho de que las mujeres que toman anticonceptivos orales preferían los olores de hombres con similar MHC, lo que daría a entender que dichas píldoras interferirían en la capacidad olfatoria y discriminatoria por parte de las mujeres.

Celestina y Melibea. Fuente.
Atendiendo a este y otros estudios recientes, el olor corporal del hombre señalaría los alelos "inmunes" del MHC que puede ofrecer. Para elegirlo como pareja sexual, la mujer compararía su señal con sus propios alelos MHC y lo elegiría si los alelos del hombre fuesen complementarios a los suyos. El sistema inmunológico actuaría así de Celestina o cupido entre los dos tortolitos. Pero para que esto ocurra, la mujer necesitará distinguir exactamente los olores que señalan la posesión de los pocos alelos del MHC del hombre que afectan a su respuesta inmunitaria contra patógenos (parásitos y microbios). Por si eso fuera poco, además, tendría que saber exactamente qué alelo del MHC representa cada olor, por lo que habría de conocer y reconocer todos los olores del microbioma que pueden señalar alelos MHC. Es por esto y por los resultados contradictorios entre distintos estudios, así como el pequeño tamaño de las muestras empleados en la mayoría de ellos, que las últimas revisiones y metaanálisis concluyen que la variación en la similitud del MHC no contribuye a la elección de pareja en humanos (el sistema inmunitario no actuaría de Celestina), y reclaman la necesidad de muestras más grandes con mayor diversidad geográfica y cultural, que todos sabemos que las diferencias culturales son grandes entre países y etnias en esto de emparejarse, y que algunas tribus, por ejemplo, no buscan pareja con los miembros de la tribu vecina, no como en mi pueblo y aledaños, que siempre nos gustaban más las/os chicas/cos del pueblo vecino (y viceversa). Siempre se quiere lo que no se tiene, cerca en este caso. 

Volviendo de mi pueblo, y como conclusión, diré que estas revisiones apuntan a seguir avanzando en los mecanismos de las preferencias de olor asociadas al MHC, que se aumente el tamaño muestral y que los planteamientos de algunos de ellos sean más acertados para establecer mejores comparativas pues, como dije al principio, lo que hoy no se sabe, mañana puede ser una certeza y el tema es apasionante, nunca mejor dicho. Hasta entonces, cuando encuentres a alguien que te atraiga déjate llevar y olvídate de si se llama química, atracción física, intuición, flechazo o elección mediada por MHC, lo importante es que esa atracción sea recíproca y seáis felices. Al fin y al cabo, hoy todos llevamos perfume y desodorante antitranspirante, ¿o no?


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Para saber más:

 
 

https://www.nature.com/articles/srep38490?WT.feed_name=subjects_immunogenetics 

https://www.nature.com/articles/s41437-018-0177-8 

https://www.nature.com/articles/ncomms1632

https://www.nature.com/articles/srep38490?WT.feed_name=subjects_immunogenetics 

https://www.cell.com/trends/genetics/fulltext/S0168-9525(20)30021-4 

https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2022.01.11.475834v1.abstract 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33960549/ 

https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1474704921991994

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias por leerme. Me alegra saber que te gustó. Un saludo.

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  2. Muy interesante,.y ameno!
    Da gusto aprender así...
    Te sigo por recomendación de Tony...

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