Ciencia, Biología, divulgación y un poquito de educación.
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sábado, 31 de octubre de 2020
PEZ DIABLO: HALLOWEEN 2020
Estos días en que los seguidores de la fiesta de
Halloween, buscarían generar el miedo con sus disfraces, si no fuese porque la pandemia por
coronavirus impide (o debería impedir) cualquier celebración
multitudinaria, yo os voy a hablar de seres deformes y monstruosos surgidos de la oscuridad, horrorosas y demoniacas bestias venidas de infernales abismos y capaces de infundir terror con solo mirarlas..., criaturas dignas de Halloween, aunque la ficción, una vez más, es superada por la realidad.
Os presento al ¡¡¡DIABLO NEGRO DEL MAR!!.También llamado demonio marino, pez pescador, o pez anzuelo. Más tarde os explicaré el porqué de estos dos últimos nombres, pues el de diablo o demonio se explican nada más ver su aspecto.
Se trata de los rapes abisales, categoría en la que podemos encontrar más de 160 especies, del orden Lophiiformes. Estos animales viven en los fondos abisales del océano, a más de 3000 m de profundidad, donde no llega la luz, si bien se les ha visto a menos de 1000 m en alguna ocasión. La ausencia de luz explica que su coloración sea generalmente oscura. De nada sirve tener colores llamativos cuando no la hay.
Su aspecto demoníaco está claramente determinado por el tamaño de su cabeza y por la presencia de una enorme boca en forma de media luna, flanqueada por unos irregulares y puntiagudos dientes traslúcidos. El tamaño de su boca le permite engullir presas que le doblan en tamaño.
Además de la boca, su rasgo más característico, presente solamente en las hembras, es una prolongación de la espina dorsal que emplean como caña de pescar (ilicium), para atraer a las presas y encontrar pareja. De ahí lo de llamarle también pez pescador (anglerfish en inglés). Seguro que alguno os estáis preguntando, ¿qué presas van a atraer si vivien a oscuras? y sobre todo ¿cómo lo hacen? Os diré que, en un alarde de sofisticación el extremo de esa caña de pescar presenta, a modo de señuelo, un órgano bioluminiscente(esca), esto es, que emite luz, y es esa luz la que, en un mundo de oscuridad como el de las profundidades marinas, atrae a las presas. Una vez cerca, el rape abisal abre las fauces y traga entera a la víctima antes de que esta ni siquiera sea consciente del engaño. En este caso podemos decir que ¡la curiosidad mató al pescao!
Si ya es llamativo tener una "bombilla" en la cabeza, más llamativo aún es que no sea él el que la encienda, sino unas bacterias simbiontes (Candidatus enterovibrio),
y más aún que, según se cree, el rape sea capaz de controlar esas
poblaciones bacterianas alterando las condiciones internas del órgano
que las contiene, el esca.
El esca, lleno de
bacterias, puede ser simple y esférico y presentar una o más pequeñas
aberturas al exterior, o ser más complejo y contener lentes, filtros,
reflectores, filamentos y múltiples apéndices.
Algunos rapes abisales, poseen largos filamentos alrededor de su cuerpo, lo que les confiere un aspecto más extraño aún. Su función es permitirles detectar movimientos en el agua y localizar a las presas.
Como veis, estos animlaes son dignos de las más terribles pesadillas de Halloween, y si no lo creéis así, imaginad por un momento que estáis en la más completa oscuridad, que se enciende una luz detrás de vosotros y que, al giraros, os encontráis con esa enorme boca plagada de dientes afilados. ¡¡SUSTO!!
¡Ah! ¿que no lo imagináis? Pues mirad el siguiente vídeo de la famosa película de animación Buscando a Nemo.
Seguro que, por muy valientes que seáis, ya cambió vuestra opinión, y si no fue así, lo que os contaré ahora estoy seguro que sí que lo logrará. Os voy a hablar de la vida sexual de nuestro protagonista, una vida sexual digna de las más terroríficas pesadillas y el cine gore más duro. ¡Allá vamos!
Entre el macho y la hembra de estas especies, el dimorfismo sexual es muy acusado, siendo la diferencia de tamaño una de las características más notables. La hembra es mucho mayor que el macho.
Mientras que estas suelen medir unos 20 cm (algunas especies superan el metro), ellos miden la décima parte. Esta diferencia de tamaño ocurre en muchos animales, pero sorprende que los machos de rape abisal se convierten en verdaderos parásitosde las hembras. ¡Como lo habéis oído!
Cuando los machos eclosionan, tienen poco tiempo para encontrar una hembra a la que aferrarse, pues no tienen "caña de pescar" (recordad que os dije que solo la poseían las hembras), y conseguir alimento se les complica muchísimo. Una vez localizada una hembra son de los de no dejarla escapar, y para ello la muerden con sus afilados dientes. ¡Mal empezamos!
Es a partir de entonces cuando tiene lugar la verdadera historia de terror y la realidad supera a la ficción más extravagante. Una vez que el macho ha mordido a la hembra, sus tejidos y sistema circulatorio se fusionan con los de la elegida. ¡Eso sí que es un beso profundo!
Hembra de Melanocetus johnsonii con un macho adosado a su cuerpo. Fuente.
El macho obtiene ahora los nutrientes de la hembra y, literalmente, ¡se deshace!, pero no de amor. Pierde ojos, aletas, dientes y la mayoría de sus órganos internos, excepto los testículos, imprescindibles si lo que pretendes es reproducirte. El macho se convierte así en una especie de dispensador de esperma adosado a la hembra.
Las hembras pueden llevar más de un macho/testículos adheridos a su cuerpo, de manera temporal, ¡hasta que la muerte los separe! o permanente, según las especies.
Hembra de Haplophryne mollis con varios machos adheridos a su cuerpo. Fuente.
Si la unión es temporal, una vez que la hembra pone los huevos, el macho (lo que quedaba de él) muere. ¿Es o no es espeluznante y digno de pesadilla?.
Se cree que los rapes abisales han desarrollado este peculiar comportamiento sexual para asegurarse encontrar pareja del sexo opuesto y que esté disponible en el momento de la reproducción para así perpetuar la especie.
Detrás de este fenómeno, se encierran muchas claves e ingónitas biológicas que empiezan a descifrarse. Quizá la más interesante es saber por qué el cuerpo de la hembra, su sistema inmunológico, no rechaza al macho, y viceversa, como ocurriría en un trasplante. Según las investigaciones, la respuesta reside en que la inmunidad adaptativa (la que se estimula tras la exposición a agentes infecciosos) podría haber sido reemplazada por una forma alternativa de inmunidad innata (constituida por mecanismos existentes antes de que se desarrolle la infección). -Ver diferencias entre uno y otro tipo de imunidad aquí-
Otro de los descubrimientos importantes tras este comportamiento único en la naturaleza, es el hecho de que estas alteraciones del sistema inmunitario se basan en cambios drásticos en la composición y estructura de genes clave en el desarrollo del mismo. Así, las especies de rape hembra que se fusionaban de manera temporal con los machos carecen de algunos genes relacionados con la maduración de los anticuerpos y que son necesarios en el proceso de la inmunidad adaptativa, mientras que las especies con un parasitismo permanente muestran también otras alteraciones. La más importante es la pérdida de genes esenciales para la unión y ajuste de los genes receptores de los anticuerpos y las células Tasesinas, que normalmente eliminan las células infectadas o atacan tejidos extraños durante el proceso de rechazo de órganos.
Esto, en lenguaje coloquial viene a significar que estas especies han logrado alterar su sistema inmunitario perdiendo genes para mitigar su respuesta inmunitaria con el fin de poder reproducirse de esta manera tan peculiar. ¡A-L-U-C-I-N-A-N-T-E! Tanto es así que esto demosstraría que los vertebrados pueden sobrevivir sin la respuesta inmune adaptativa que antes se consideraba insustituible, lo que podría abrir nuevas vías para tratar a los pacientes con una inmunodeficiencia.
Para finalizar os dejo un vídeo en el que podéis ver a uno de estos animales nadando en libertad, en una de las escasas grabaciones que existen de ellos, de hecho pasa por ser la primera y única. Lo dicho, imagina que eres un pececillo, y aparece de repente.
Como siempre, si has llegado hasta aquí, gracias por tu visita y, si te ha gustado no te lo quedes, ¡comenta y comparte!
Entradas relacionadas: ¿Muerte o escamas?: Halloween 2019
Para saber más:
- J. B. Swann et al., (2020) The inmunogenetics of sexual parasitism. Science 10. 1126/science.aaz9445
Buenisimo y muy terrorífico. Muchas gracias
ResponderEliminarGenial
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