¿Truco o trato? Son dos palabras que se han colado en nuestro país en la noche de difuntos, importadas de la tradicional fiesta de Halloween made in USA. Según la tradición yankee los niños van de puerta en puerta, disfrazados de personajes de terror en busca de caramelos y golosinas con los que llenar sus cestas y calabazas. Los adultos se disfrazan igualmente y celebran fiestas en las que el disfraz que infunda más terror o miedo será el más aclamado. En el caso de los hombres me atrevería a decir que suele cumplirse, pero sus disfraces, especialmente los más comerciales, se diferencian mucho de los de las chicas, tan sensuales a veces que cuesta entender que ambos pertenezcan a la misma celebración, y lo que menos dan es miedo.
Reflexiones de género aparte, los más clásicos se disfrazan de Drácula, Frankestein, momias o esqueletos, mientras que otros optan por disfrazarse del personaje de las películas de terror de turno, o del personaje más violento que aparezca en ellas (este año se llenarán las calles de payasos, ¡seguro!). Sea como fuere, me atrevería a decir que ninguno, repito NINGUNO, infunde tanto terror como lo harían los protagonistas que traigo hoy aquí, pues su mayor habilidad es desprenderse de la piel, E-N-T-E-R-A, las escamas, para ser más precisos. El resultado, como veréis, es dantesco. En un artículo tan corto e impactante como un susto, os presento al género Geckolepis, Grandidier, 1867.
Con trece linajes conocidos no está claro aún el número de especies existentes (aún se sigue trabajando en su clasificación, pues es especialmente complicada y compleja de descifrar), pincha aquí si tienes curiosidad por conocer los métodos que se están empleando para ello.
Los componentes del género Geckolepis reciben el nombre común de geckos de escamas de pez, por el tamaño de las mismas, el mayor entre todas las especies de geckos conocidas. La campeona en cuanto al tamaño de las mismas es Geckolepis megalepis, descubierta en 2017. Mirad la especie más común en España, Tarentola mauritanica y comparad (ver fotografías inferiores).
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Geckolepis megalepis. Fuente. |
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Tarentola mauritanica. Fuente. |
Este grupo de lagartos está conformado por geckos arbóreos y nocturnos de tamaño pequeño a mediano, endémicos de Madagascar y las Islas Comoras. Como tantos otros geckos sus coloraciones son crípticas y su alimentación insectívora.
Muchas especies de lagartos y lagartijas, incluso serpientes, tuataras o anfisbaénidos, tienen la habilidad de autotomizar su cola (autotomía caudal) en un intento de huir de sus depredadores. La jugada consiste en desprender la cola que, moviéndose incesantemente fruto de un acto reflejo, atrae la atención del depredador hacia ella pues, a pesar de moverse, no se desplaza, dándole el tiempo necesario de ponerse a salvo a su antiguo dueño. Posteriormente, transcurrido un tiempo, no necesariamente corto, esta volverá a regenerarse, si bien no será igual de larga, ni tendrá la misma apariencia que la cola original.
Detengámonos un momento en este aspecto, para aclarar qué supone la pérdida de la cola para un lagarto, o cualquier otra especie que la lleve a cabo. El hecho de liberar la cola es traumático para el lagarto, y solo lo hace porque la alternativa es la muerte. No olvidemos que la cola, en muchas especies, aparte de funcionar como un balancín para facilitar la escalado o carrera, funciona como un depósito de grasas,
de modo que la autotomía supone desprenderse de una cantidad importante de reservas de energía, que habrá que reponer, gastando, además, una cantidad extra muy
importante para regenerarla. Igualmente, una herida abierta supone una vía de exposición a posibles infecciones hasta que cicatriza.
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Autotomía caudal. Fuente. |
La cola perdida casi siempre se regenera, si bien esto depende del área del corte, que debe ser en los planos de
fractura de los cuerpos de las vértebras, donde existe un disco
cartilaginoso que permite la rotura. En estos puntos los nervios y vasos
sanguíneos están modificados para permitir la amputación. La cola nueva crece a un ritmo de aproximadamente 0,5 cm por día, pero no es igual a la original, pues su textura suele ser más rugosa, es más corta y de un color más
opaco que el original. Las escamas son más pequeñas y se ubican
irregularmente. (Si queréis conocer más al respecto, pinchad aquí).
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Aspecto de una cola en vías de regeneración. Fuente. |
Aclarado este aspecto, os diré que, los Geckolepis, llevan esto de desprenderse de partes de su cuerpo un paso más allá y, lejos de conformarse con desprender su cola, se desprenden de todas las escamas cuando se siente amenazados en un proceso que denominamos autotomía dermolítica.
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Geckolepis maculata desprendiendo sus escamas. Fuente. |
Pueden llegar a dejar su cuerpo enteramente desnudo en una imagen altamente desagradable e inquietante. Imaginaos la escena: ¿MUERTE O ESCAMAS? un depredador persigue al gecko, lo alcanza, llega a atraparlo y... ¡SORPRESA!, el depredador queda con la boca llena de escamas mientras su presa huye desnuda entre la espesura de las hojas del árbol en que fue sorprendida. Esta bien podía ser la descripción de las siguientes imágenes. Los protagonistas son un gecko de mayor tamaño, Blaesodactylus sp., depredando sobre Geckolepis sp.
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Blaesodactylus sp., depredando sobre Geckolepis sp, en la boca del primero. Fuente. |
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Cara que se le queda a Blaesodactylus sp. cuando Geckolepis se le escapa. Fijarse en el detalle de la escama de Geckolepis sp en la boca de Blaesodactylus sp. Fuente. |
El resultado de este destape escapista lo podéis ver claramente en las siguiente fotografía. Tranquilos, es normal que después de ello sintáis vergüenza de llevar vuestro disfraz de Halloween.
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G. megalepis "semidesnudo". Fuente. |
Como podéis imaginar, a la hora de capturarlos o recolectarlos esto supone un problema y, si bien en el pasado se hacía con elementos de algodón, para dañarles lo menos posible, actualmente se hace atrayéndoles hacia bolsas de plástico, en un intento por que no desprendan todas sus escamas. Lo de manipularlos a posteriori ya es otra historia... Esto en el caso de los que se hallan en libertad, que son los que más nos interesan, pues los criados en cautividad parecen haberse acostumbrado a no vernos como enemigos y a ahorrarse el trabajo de perder las escamas y volver a regenerarlas, a la juzgar por la siguiente imagen.
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Geckolepis maculata. Fuente. |
Las escamas de Geckolepis están imbricadas, superpuestas como las tejas de un tejado, y osificadas. Tanto es así, que en algunas especies, tras someterlas a rayos X, se comportan de modo similar a los huesos, lo que sugiere la existencia de osteodermos en ellas. Esto ocurre en muchos otros reptiles también.
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G. megalepis con, y sin escamas. Fuente. |
Tras desprenderse de sus escamas, estas se regeneran en unas pocas semanas y, al contrario que ocurre con la cola, estas son indistinguibles de las originales.
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Detalle de las escamas de G. megalepis. Fuente. |
Las escamas están unidas sólo por una región relativamente
estrecha que se desgarra con facilidad, y debajo de ellas parece existir una
zona de separación preformada dentro de la propia piel. Como era de esperar, dicha piel está especialmente adaptada al desgarro, pues tras el aparentemente traumático proceso no les queda cicatriz alguna, y el proceso de sangrado es prácticamente inexistente.
Hasta aquí mi entrada "¿MUERTE O ESCAMAS?" de hoy, para celebrar Halloween 2019, o como a mi me gusta, el "Día de difuntos". Espero haberos aterrado, pero no lo suficiente como para que dejemos de admirar y proteger a estos animales, ejemplo de la enorme diversidad, de especies y estrategias, que existe en nuestro planeta.
Como siempre, gracias por tu visita y si os te ha gustado, no te lo quedes, ¡comenta y comparte!
Para saber más:
[PDF] A fish-scaled gecko (Geckolepis sp.) escapes predation by a velvet gecko (Blaesodactylus sp.) through skin sheddingCJ Gardner, LD Jasper - Herpetology Notes, 2015 - biotaxa.org
http://www.markscherz.com/archives/3064
http://www.sci-news.com/biology/geckolepis-megalepis-fish-scale-gecko-04599.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Geckolepis_megalepis
Scherz MD, Daza JD, Köhler J, Vences M, Glaw F. (2017) Off the scale: a new species of fish-scale gecko (Squamata: Gekkonidae: Geckolepis) with exceptionally large scales. PeerJ 5:e2955
https://doi.org/10.7717/peerj.2955 https://peerj.com/articles/2955/
http://reptile-database.reptarium.cz/advanced_search?genus=Geckolepis&submit=Search
https://www.smithsonianmag.com/smart-news/meet-new-species-gecko-tear-away-scales-180962067/
https://www.eurekalert.org/pub_releases/2017-02/p-ans020117.php
http://static.peerj.com/press/previews/2017/02/2955.pdf
http://static.peerj.com/pressReleases/2017/02/Press-Release-Scherz.pdf
https://zooloexoticos.wordpress.com/2017/07/11/geckolepis-maculata-y-parientes-geckos-escamas-de-pez/
http://www.geckotime.com/geckolepis-maculata-fish-scale-gecko/
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