Hoy comienzo una serie de entradas muy especiales, pues son obra de mis alumnos de Anatomía Aplicada y unirán parte de la asignatura al arte, pintura en este caso.
Todo comenzó hace unas semanas. Al preparar el tema del Sistema Endocrino, me "crucé" con unos cuadros de Velázquez, en los que, sus protagonistas, mostraban claramente los síntomas de algunas enfermedades relacionadas con dicho sistema endocrino. "Si lo ha hecho Velázquez, seguro que otros también", pensé. Así que, entre preparar una clase y otra, y tema y tema (es año de oposiciones y el tiempo libre escasea), me lancé en busca de cuadros que me sirvieran para plantearles un reto a mis alumnos, descubrir qué enfermedades o alteraciones endocrinas se ocultaban en ellos, o, "simplemente", intentar discernir qué hormonas eran las que actuaban de un modo especial en los personajes allí representados. Para ello tenían que observarlas con "ojo endocrino", tirar de conocimientos adquiridos en clase, buscar información, investigar y darle forma.
Una vez hecha la selección de obras, solo quedaba repartirlas en clase, y lo hice por sorteo. La recompensa, aparte de la nota, era publicar las más originales en el blog, y en esas nos hallamos ahora.
Llamé al proyecto ENDOCRIN-arte, y este es el resultado.
La primera entrada corre a cargo de Miranda Matorra. Os la presento, como alumna.
Su cuadro a analizar fue "El niño de Vallecas", obra de Diego Velázquez, pintor barroco reconocido como uno de los más importantes de la pintura española y universal.
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Diego Velázquez. Autorretrato (1645). Fuente. |
Nacido en Sevilla el 6 de Junio de 1599, pasó en ella sus primeros años, donde desarrolló un estilo naturalista, influenciado por Caravaggio (protagonista de algunas de las siguientes entradas de este blog). Se mudó a Madrid y, a los 24 años, fue nombrado pintor del rey Felipe IV. Cuatro años más tarde llegaría a ser pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey. A partir de aquí su trabajo consistiría en pintar cuadros y retratos para la Casa Real.
Gracias a sus estudios de pintor real, y su viaje a Italia, donde estudió la pintura antigua, su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su última década tenía un dominio perfecto de la luz.
Murió el día 6 de agosto de 1660 en Madrid.
El motivo de elegir el trabajo de Miranda para ser el primero en publicarse no fue fácil, pero el hecho de que sea el propio Velázquez el que nos cuenta la historia del cuadro, de su protagonista, y de su enfermedad, inclinó la balanza. ¡Nadie puede decir que no a Velázquez! Como seguramente no estéis entendiendo nada, os diré que esto fue posible gracias a una fantástica conversación -inventada por Miranda- entre el pintor y un ilustre, y desconocido para nosotros hasta entonces, médico real, palentino, al igual que Miranda y sus compañeros. ¡Otro punto a favor de la historia!
No desvelo más secretos. Os dejo con Velázquez. ¡Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros!
HISTORIA DE UN CUADRO
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Retrato de Felipe IV (1621-1665), por Velázquez. Fuente. |
Unos días después me reuní con el rey y con el bufón para ultimar detalles. En ese momento el Rey recibió una vista y me quedé a solas con el bufón. Este me comentó que se llamaba Francisco Lezcano, que procedía de Vizcaya, y que servía al príncipe Baltasar Carlos. En cuanto regresó el Rey de nuevo, nos dirigimos hacía un paraje de la sierra de Guadarrama, donde su majestad llevaría a cabo una carecería.
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La Torre de la Parada por Félix Castelo (c. 1640). Fuente. |
Situé al bufón en una roca, en primer plano, con su pierna derecha extendida. Así conseguiría una buena perspectiva de perpendicularidad, con la que conseguiría enfrentar al espectador con la realidad física y psíquica de Francisco Lezcano. Las vestimentas verdosas que elegimos fueron las de cacería, apropiadas para el lugar donde iba a ser expuesto y el lugar en el que nos encontrábamos. En sus manos, desproporcionadas, sostenía algo, naipes, o un trozo de teja, no lo sé muy bien, pero era uno de sus amuletos de la suerte y no me importó. Empecé a dar las primeras pinceladas y, una vez perfilada la primera porción de cuerpo, me di cuenta que esta siempre presentaba un pequeña inclinación hacia la derecha, además de una mirada vacía, acompañada del cerramiento de sus ojos. Se le vía que estaba a gusto y que su media sonrisa reflejaba satisfacción al observarme. Pensé que una buena opción sería una pintura al óleo con pinceladas rápidas, con focos de atracción lumínica y pictórica en las partes más importantes de su cuerpo, una de mis técnicas más famosas y favoritas. La ocasión lo merecía.
El cuadro iba adquiriendo forma, ya tenía perfilado el esbozo de la cabeza, pero la noche se acercaba y, al no poder continuar en la sierra, recogimos y volvimos a palacio. Durante todo el trayecto me fijé en Francisco, en su aspecto, su caminar y la forma de su cuerpo, algo en él no estaba funcionando correctamente.
En mi carrera como pintor me he cruzado con muchos más bufones de aspecto semejante, y algunos más he pintado (ej. D. Diego de Acedo y Velázquez "el primo, D. Sebastián de Morra Juan de Calabazas), pero nunca me había detenido a pensar qué les pasaba...
Me di cuenta de que el Rey y sus cortesanos les querían por su llamativo aspecto, para hacer reír a la gente y utilizarles como entretenimiento, y algo se me removió por dentro. No solo me refiero a este bufón, que era unos de los más privilegiados, pues su vida fuera de la corte hubiese sido muchísimo más difícil y dura, y pocos alcanzaban su puesto, sino a todos en general. Eran utilizados para la mofa de la realeza, a pesar de que algunos alcanzaran cierta relevancia.
Me di cuenta de que el Rey y sus cortesanos les querían por su llamativo aspecto, para hacer reír a la gente y utilizarles como entretenimiento, y algo se me removió por dentro. No solo me refiero a este bufón, que era unos de los más privilegiados, pues su vida fuera de la corte hubiese sido muchísimo más difícil y dura, y pocos alcanzaban su puesto, sino a todos en general. Eran utilizados para la mofa de la realeza, a pesar de que algunos alcanzaran cierta relevancia.
Cuando llegué a mis aposentos, se me ocurrió recoger todos los datos que me parecieron extraños en el cuerpo de "El Vizcaino", como se conocía también a Francisco, y trasladarlos al médico de cámara real, Don Pedro Barba, para así descubrir qué le pasaba al protagonista de mi nueva obra.
Don Pedro Barba era palentino, de la localidad de Astudillo, para más señas. Tras estudiar en la Universidad de Valladolid, de la que llegó a ser catedrático de prima, comenzó como médico en pequeñas localidades palentinas como Castrojeriz o Torquemada, y también en Valladolid. Gracias a la fama adquirida en tierras palentinas, llegó a ser protomédico general de los reinos de Castilla y de la Inquisición. También sería nombrado médico de cámara del infante Don Fernando de Austria, el 28 de octubre de 1631, y del Rey (Felipe IV), el 15 de mayo de 1633.
Un tiempo después me crucé con Don Pedro por los pasillos de palacio, me paré para ultimar los detalles del retrato de su esposa, Dña. Catalina Duque, y le consulté el estado de Francisco Lezcano. Llevaba prisa, ya que el infante Francisco Fernando estaba enfermo y, él tenía que ir urgentemente a por unos fármacos. A pesar de todo me dio la dirección de su casa, para recibirme en dos semanas, ya que tendría la mañana libre, “siempre y cuando no surja algún contratiempo”, me dijo.
La espera se hizo larga. Mientras tanto, una vez a la semana iba a la sierra de Guadarrama, a continuar el cuadro del bufón real.
La espera se hizo larga. Mientras tanto, una vez a la semana iba a la sierra de Guadarrama, a continuar el cuadro del bufón real.
Cada día sentía más curiosidad por saber qué le pasaba, por qué su cuerpo tenía esa forma y el mío no.
Llegó el día esperado, a mediodía llamé a la puerta de Don Pedro Barba. Me estaba esperando. Le expliqué la situación de Francisco, y le interrogué para saber si le había visto alguna vez en el palacio, o a cualquier otra persona con su mismo aspecto. Don Pedro guardó silencio, un silencio reflexivo, el acto previo a comunicar su diagnóstico. ¿Será así siempre?, pensé. Lentamente, como en un acto miles de veces ensayado, se puso sus maravillosas gafas de 20 cm de cristal (en ese momento me imaginé que esta conversación iba para rato) y comenzó a explicarme que la enfermedad que padecía era debida a un mal funcionamiento de su sistema endocrino. Yo, ignorante en ese tema le pedí que me lo explicara. Él respiro hondo y me dijo: “es el conjunto de órganos y tejidos del organismo, que segregan un tipo de sustancias llamadas hormonas, que son liberadas al torrente sanguíneo y regulan algunas de las funciones del cuerpo, como el crecimiento y el desarrollo, la reproducción, la movilización de las defensas corporales, el mantenimiento del equilibrio de agua, sales minerales...., uso y almacenamiento de energía y la regulación del metabolismo celular.”
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Sistema endocrino. |
Empezó a comentarme que había en especial una glándula situada en la base del cuello llamada Glándula Tiroides, que segregaba, entre otras cosas, Tiroxina (T3-triyodotironina- y T4 -tiroxina-), y que esta era la causante de la enfermedad de Francisco. "Las secreciones de esta glándula –me dijo– miden el ritmo al que se oxida la glucosa y se convierte en calor corporal y energía, activando así el metabolismo, acelerando la respiración celular, la síntesis proteica y el uso de glucosa por las células". Volvió a hacer una pausa, y permaneció en silencio durante unos minutos. Era algo que me ponía muy nervioso. Tras esta me invitó a seguir charlando en su laboratorio, dónde me lo podría explicar más detenidamente. Acepté.
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Glándula tiroides, y paratiroides. Fuente. |
Una vez allí, me explicó que una falta o exceso de tiroxina produce dos enfermedades, el Hipertiroidismo -producción en exceso de hormonas- y el Hipotiroidismo -déficit hormonal- y este caso era el de hipotiroidismo, que deriva en cretinismo –Hoy día sabemos que el cretinismo es una forma de deficiencia congénita (autosómica recesiva) de la glándula tiroides–, lo que provoca un retardo en el crecimiento físico y mental. "Este se traduce –continuó–, en un funcionamiento bajo del tiroides, que se presenta en niños recién nacidos, lo que conlleva un baja estatura, infantilismo genital, obesidad y deficiencia mental." Las causas de esto podían ser varias: desarrollo insuficiente de la glándula tiroides, la glándula hipofisaria no estimula la glándula tiroides, consumo de fármacos durante el embarazo, por parte de la madre –claro está–, falta de yodo en la alimentación durante el embarazo o anticuerpos que inhiben el funcionamiento de la glándula tiroides.
Sus explicaciones, y lo vasto de sus conocimientos, me dejaron claro por qué este médico palentino había acabado sirviendo al Rey.
Tras una intensa charla sobre esto, Don Pedro miró el reloj de la torre, tenía que marcharse para ir al Real alcázar, en concreto a la habitación del Infante Fernando para administrarle su medicación. Yo, tendría que estar en un rato en la sierra de Guadarrama, para seguir pintando, con más ilusión ahora, el maravilloso cuadro de este bufón, por lo que ambos nos despedimos en la puerta del Alcázar.
Tras agradecerle su ayuda y toda la información que me aportó, me dirigí hacía mi habitación cogí todas mis herramientas y subí junto a Francisco Lezcano a la sierra. Le cogí verdadero cariño a este inocente bufón. Por el camino le comenté que su enfermedad, aunque incurable, podía tratarse, y que debía de consultarlo con un médico. Tras 3 años de trabajo, en 1645, terminé el cuadro del que os hablo, y que tanta información aporta sobre la anatomía y funcionamiento de nuestro cuerpo, y es que el arte está lleno de ciencia, y la ciencia es puro arte, dos conceptos tan distintos pero a la vez tan iguales."
NOTA: las conversaciones reproducidas en este texto son totalmente ficticias, no así sus personajes y los cargos que ocuparon. Igualmente, se introducen algunos anacronismos, como recurso de la autora para acercar los personajes al conocimiento actual de la enfermedad.
El concepto de secreción interna apareció en el siglo XIX, cuando, en 1885, Claude Bernard lo describió, aunque sin apuntar a la existencia de nada parecido a las hormonas.
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Sir William Maddock Bayliss (1860-1924) |
El término "hormona", del griego ὁρμἀω (poner en movimiento, estimular) fue utilizado por primera vez en 1905 por William Bayliss. La primera hormona que se descubrió fue la adrenalina, descrita por el japonés Takamine Jōkichi en 1901. Posteriormente el estadounidense Edward Calvin Kendall aisló la tiroxina en 1914.
RESUMIENDO, Francisco Lezcano sufría de cretinismo, deficiencia congénita (autosómica recesiva) de la glándula tiroides,
lo que provoca un retardo en el crecimiento físico y mental, como
podemos apreciar en el cuadro, gracias a la destreza pictórica del gran
Velázquez.
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Funciones de la glándula tiroides y efectos de su mal funcionamiento o alteración. Fuente. |
TRATAMIENTO DEL HIPOTIROIDISMO
En las personas que sufren de cretinismo, el retraso mental grave y el enanismo son irreversibles
aún con tratamiento. De hecho, nuestro bufón murió siendo muy joven
aún. Por eso es tan importante la pronta detección del hipotiroidismo, y es que, antes de aplicar un tratamiento hay que obtener un diagnóstico. En los casos más frecuentes (hipotiroidismo primario) el diagnóstico se logra mediante la determinación en sangre del TSH (tirotropina, hormona estimulante de la tiroides). Si se encuentra elevada, se confirma el diagnóstico.
El tratamiento, frecuente en las enfermedades endocrinas, consiste en reponer la falta de la hormona, tiroidea en este caso. Se hace mediante pastillas de levotiroxina, que contiene la misma hormona (T4), que la que fabrica la glándula tiroides, lo que hace que los niveles de tiroxina permanezcan constantes. La levotiroxina permanece en la sangre durante una semana. La persona debe tomarla permanentemente, pero es importante verificar la dosis al menos dos veces al año, mediante la determinación en sangre de los niveles hormonales tiroideos, incluyendo el TSH.
La levotiroxina se fabrica en el laboratorio y se suministra a diario. Un exceso de levotiroxina produce irritabilidad, diarrea o aumento de peso, mientras que la ausencia de esta produce falta de energía, estreñimiento, extremidades frías un aumento injustificado de peso o crecimiento por debajo de lo normal, como al protagonista de nuestra obra. Como dijimos al principio de este apartado, la deficiencia mental grave y el enanismo son irreversibles, pero para que esto no empeore, y el niño pueda llevar una vida normal, es importante tratarlo.
Existen preparados de origen animal, y hay quien cree que son mejores, por ser más "naturales", pero la realidad es que, los extractos de tiroides animal, presentan varios peligros extras, ya que no están purificados. Entre otros, contienen algunas proteínas que son extrañas para los seres humanos y pueden generar reacciones alérgicas, por lo que preferible tomar la de laboratorio que la de origen animal.
Actualmente, para conocer si un recién nacido padece alguna anomalía en el sistema endocrino, se realiza la "prueba del talón" (tamizaje neonatal), que consiste en un pinchazo en el talón, rápido y superficial, para extraer unas gotas de sangre. Éstas se extienden en un papel tamiz especial (tarjeta de Guthrie) que se envía al laboratorio para ser analizadas. La primera prueba del talón se realiza a las 48 horas del nacimiento, mientras que la segunda se realiza entre el cuarto y el séptimo día de vida.
El tratamiento instaurado en este punto corrige los daños físicos, pero no el deterioro neurológico. Sin embargo, la terapia precoz evita estas severas complicaciones.
Hasta aquí la artística entrada de Miranda. Esperamos que os haya gustado, y si queréis saber más sobre arte, sobre hormonas y endocrinología, no os perdáis las siguientes entradas. ¡Os sorprenderá el arte que derrochan mis alumnos!
El tratamiento, frecuente en las enfermedades endocrinas, consiste en reponer la falta de la hormona, tiroidea en este caso. Se hace mediante pastillas de levotiroxina, que contiene la misma hormona (T4), que la que fabrica la glándula tiroides, lo que hace que los niveles de tiroxina permanezcan constantes. La levotiroxina permanece en la sangre durante una semana. La persona debe tomarla permanentemente, pero es importante verificar la dosis al menos dos veces al año, mediante la determinación en sangre de los niveles hormonales tiroideos, incluyendo el TSH.
La levotiroxina se fabrica en el laboratorio y se suministra a diario. Un exceso de levotiroxina produce irritabilidad, diarrea o aumento de peso, mientras que la ausencia de esta produce falta de energía, estreñimiento, extremidades frías un aumento injustificado de peso o crecimiento por debajo de lo normal, como al protagonista de nuestra obra. Como dijimos al principio de este apartado, la deficiencia mental grave y el enanismo son irreversibles, pero para que esto no empeore, y el niño pueda llevar una vida normal, es importante tratarlo.
Existen preparados de origen animal, y hay quien cree que son mejores, por ser más "naturales", pero la realidad es que, los extractos de tiroides animal, presentan varios peligros extras, ya que no están purificados. Entre otros, contienen algunas proteínas que son extrañas para los seres humanos y pueden generar reacciones alérgicas, por lo que preferible tomar la de laboratorio que la de origen animal.
Actualmente, para conocer si un recién nacido padece alguna anomalía en el sistema endocrino, se realiza la "prueba del talón" (tamizaje neonatal), que consiste en un pinchazo en el talón, rápido y superficial, para extraer unas gotas de sangre. Éstas se extienden en un papel tamiz especial (tarjeta de Guthrie) que se envía al laboratorio para ser analizadas. La primera prueba del talón se realiza a las 48 horas del nacimiento, mientras que la segunda se realiza entre el cuarto y el séptimo día de vida.
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Tamizaje neonatal o "Prueba del talón". Fuente. |
El tratamiento instaurado en este punto corrige los daños físicos, pero no el deterioro neurológico. Sin embargo, la terapia precoz evita estas severas complicaciones.
Hasta aquí la artística entrada de Miranda. Esperamos que os haya gustado, y si queréis saber más sobre arte, sobre hormonas y endocrinología, no os perdáis las siguientes entradas. ¡Os sorprenderá el arte que derrochan mis alumnos!
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Para saber más:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Cretinismo
- https://masendocrino.com/hipotiroidismo/
- https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2335984
- https://www.news-medical.net/health/Endocrinology-History-(Spanish).aspx
- https://www.historiarum.es/news/los-bufones-de-velazquez-por-victor-hernandez-ochando/
- http://www.invegem.org/tamizaje-neonatal/
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