¿Qué tienen que ver el esqueleto humano, los astronautas y los titanes griegos?
Para mí, hasta hace dos días nada, pero comenzó a tenerlo mientras estando preparando mis clases de Anatomía Aplicada oía una noticia de fondo, en la televisión, "...muere en Ohaio,a los 95 años de edad, John H. Glenn, el primer astronauta estadounidense en orbitar alrededor de la Tierra, y el de mayor edad en volar al espacio...". Esto podría haberse quedado en una triste noticia, sin más, pero al momento la busqué en internet, necesitaba confirmar que Glenn era el anciano sonriente que recordaba haber visto en televisión, tras su última misión. Era él, en efecto, así que busqué más datos sobre su vida y, al momento, ¡¡la conexión estaba servida!!. No dilataré más la cuestión, la conexión se llama ¡¡ATLAS!!. Así es, "atlas" es un hueso del cuerpo humano, el nombre del cohete que propulsó a J. H. Glenn hasta las estrellas, y el nombre de un titán castigado a sostener la bóveda celestial sobre sus hombros, y ya de paso, evitar que en la caída nos aplaste todos los huesos, el atlas y los otros doscientos y pico que tenemos. Ni que decir tiene que, por antigüedad, tanto el nombre del hueso como el de los cohetes rinden homenaje a este soberbio titán. El primero por su función, que explicaré más adelante, y el segundo por ser el más poderoso de su época, encargado de comunicar la Tierra con la bóveda celeste en la que Glenn hizo historia.
1. ATLAS, EL TITÁN
Comienzo por él, por aquello de su naturaleza divina, y porque si hubiese algo de verdad en lo que os voy a contar, no convendría que se distrajese. Sin ser un experto en la materia (nada más lejos de la realidad), intentaré resumiros un poco la historia que, como todo lo que tiene que ver con la mitología, es difícil de seguir por la cantidad de nombres, fábulas y acontecimientos e historias que se entrecruzan de manera interminable.
Comenzaré diciendo que, ante todo, Atlas fue un titán con muy mala suerte. Os cuento, en la antigüedad, existían para los griegos dos tipos de deidades, los Titanes, más antiguos, y los Dioses olímpicos (que vivían en el monte Olimpo), que todos conocemos y hemos estudiado en la escuela o instituto.
Estatua romana de Atlas. Siglo II. Fuente. |
Atlas, o Atlante, es un titán de segunda generación. Era el hijo de la ninfa Climene y del titán Japeto (en la mitología griega las relaciones interespecíficas son algo muy común), así como hermano de Epimeteo (marido de Pandora, la de la caja, no la de las pulseras), Menetio (enviado al Tártaro por un rayo de Zeus) y Prometeo (benefactor de la humanidad, a quien entregó el fuego, y "tocanarices" vocacional de Zeus, quien le castigó por ello), aunque otras versiones aseguran que era hijo de Gea (Tierra) y Urano (Cielo)... Antes del lío que os contaré a continuación, deciros que Atlas fue bastante fértil, ya que tuvo una esposa y varias amantes que le dieron una descendencia muy amplia: Calipso, Hiante, las Híades (las estrellas que anuncian la temporada de lluvias), las Pléyades (las estrellas que anuncian el buen tiempo en primavera) y las Hespérides o Atlántides.
Se cuenta, además, que Atlas reinó en Arcadia (actualmente el noroeste de África), lugar donde se encontraba uno de los grandes tesoros de la antigüedad para los griegos, el árbol divino, un árbol de hojas y frutas doradas (manzanas) que concedían la inmortalidad al ser comidas, y que Gea regaló a Zeus en su boda con la diosa Hera. Árbol que se encontraba en un jardín, cuidado por las Hespérides, hijas de Atlas, como ya dijimos, y del que hablaré más adelante.
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La Caída de los Titanes, de Cornelis van Haarlem (c. 1588). Fuente. |
La desgracia de Atlas comenzó cuando decidió liderar una guerra que habría de durar diez años, contra los Dioses del Olimpo, la conocida como Titanomaquia o Batalla de los Titanes, anterior a la aparición de la humanidad con quien tanto se entretendría Zeus más adelante.
Todo comenzó por una antigua disputa familiar. Urano (Dios del Cielo) no era un padre ejemplar que digamos y por miedo a que sus hijos lo destronaran, los mantenía recluidos en el "infierno" griego, el Tártaro. Como podéis imaginar, a la madre, Gea (la Tierra), no le hacía mucha gracia ver a sus hijos padecer de esa manera, de modo que se las ingenió para que el menor, Cronos, atacase a su padre. Este lo hizo, pero no de cualquier manera, ¡lo castró!, osease, que le cortó los testículos (gónadas masculinas), con una hoz admantina eso sí, que da mucho caché y se tiene que notar que son dioses. Una vez hecho esto, como no podía ser de otra manera, Crono liberó a sus hermanos y se proclamó rey de todos ellos. Como todo rey necesita de una reina, y que además sea de confianza, este tomó a su hermana Rea como esposa. Habéis oído bien, su hermana, que entre Dioses y Reyes esto del incesto nunca fue un impedimento.
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Cronos -Saturno para los romanos- devorando a sus hijos. Goya 1829-1823 |
El problema vino después, cuando Rea y Cronos tuvieron hijos, y es que, como diría el refranero español, de tal palo tal astilla y se cree el ladrón que todos son de su condición. Esto es, que Crono pensó que sus hijos, tal y como profetizó su padre Urano, le harían lo mismo que él había hecho, de modo que decidió eliminarlos según nacían. ¿Cómo? ¡comiéndoselos!, pero sin masticarlos, tragándoselos enteros. Como podréis imaginar la historia se repite y a Rea, la madre de esta nueva generación de dioses, esto no le agradaba, de modo que logró engañar a Cronos y esconder a su quinto (Poseidón) y sexto hijo (Zeus) a quien envió a Creta, donde se crió.
Cuando Zeus se hizo mayor, engañó a Cronos (que no sabía que era su hijo), con ayuda de su abuela Gea, para que bebiera una pócima que le hizo vomitar a sus hermanos, enteros, vivitos y coleando, que debe ser que los dioses son difíciles de digerir. Los vomitados, evidentemente, de muy buen humor no estaban y, junto a Zeus, emprendieron una guerra contra Cronos y los titanes que se aliaron con él, entre ellos Atlas, nuestro protagonista, al frente de ellos.
Nos ponemos en situación, los titanes refugiados en el monte Otris, y los Dioses en el monte Olimpo. Atlas, del lado de Cronos, dirige el ejército titán y Zeus el olímpico, pero Atlas no cuenta con todos los titanes, ni siquiera con todos sus hermanos, de modo que en el bando de Zeus se alió Prometeo y Epimeteo, la Titánide Estigia junto con sus hijos -Cratos (estado), Bía (violencia), Zelo (celo) y Niké (victoria)-, Océano, y las Titánides Rea (madre de Zeus), Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, además de su abuela Gea, entre otros.
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Atlas. Fuente. |
Como dije al inicio, la guerra duró diez años, pero se saldó con la victoria de Zeus, ayudado por los Hecatónquiros y los cíclopes que inclinaron la balanza del lado de Zeus al fabricar sus rayos, el tridente de Poseidón y el casco de invisibilidad de Hades. Tras la victoria, los olímpicos mandaron a Cronos, con casi todos los titanes que le ayudaron, al Tártaro, a pasar el resto de su inmortal vida entre los muertos. Digo casi todos porque Zeus, ingenioso como nadie para tomar revanchas, inventó un castigo especial para Atlas: sostener la bóveda celeste sobre sus hombros, y encargarse de que las estrellas se moviesen correctamente por toda la eternidad. Se supone que lo llevó a cabo en el rincón más occidental conocido por los griegos y que se situaría cerca del estrecho de Gibraltar, en el océano Atlántico. Ni que decir tiene que, por muy fuerte que fuera Atlas, la carga era muy dura para él.
En honor a la "verdad" Atlas tuvo una ocasión de oro, literalmente, para librarse de tan pesada carga, y la desaprovechó. ¿Recordáis el jardín custodiado por las Hespérides y que daba manzanas de oro?. Bien, pues uno de los doce trabajos que había de realizar Heracles/Hércules (hijo de Zeus) era recoger/robar las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, custodiadas por estas, hijas de Atlas, y por el dragón Ladón, de cien cabezas. Atlas, muy gentil, al oír a Heracles le dijo que si sujetaba el firmamento por un rato, iría él en persona a buscarlas, dada la confianza que tenía con sus hijas, y ahorrándole a Heracles el tener que luchar con el dragón. Heracles accedió (ni que decir tiene que estaba fuerte). Atlas, a su regreso y viendo que Hércules cumplía sobradamente con el encargo de sostener el firmamento, vio la posibilidad de librarse de tan pesada carga durante un tiempo, así que se ofreció voluntario para llevar él las manzanas a Euristeo, jefe de Heracles, mientras el héroe seguía sosteniendo el firmamento un poco más.
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Heracles y Atlas, Museo Británico. Fuente. |
Heracles le dijo: "si, si, claro, pero antes de irte, deja que me ponga algo sobre los hombros, ¡que me roza un poquito!" (diálogo ficticio). El resultado ya os lo imagináis, en cuanto Heracles se vio libre del peso, agarró las manzanas y ni las gracias dio, huyó con ellas dejando a Atlas con el peso a cuestas nuevamente.
Otra parte de la leyenda, según Ovidio, dice que Perseo pidió hospitalidad a Atlas de vuelta a casa, tras matar a Medusa la Gorgona, a lo que Atlas se negó recordando que había una profecía según la cual uno de los hijos de Zeus le robaría sus riquezas, incluido el árbol del jardín. Perseo no se lo tomó muy bien sacó la cabeza de Medusa y la puso frente a los ojos del titán Atlas, convirtiéndole al momento en una piedra de enormes dimensiones que hoy conocemos como Cordillera del Atlas, en Marruecos. Esta versión se contradice con la de la visita de Heracles, pero ante tal derroche de imaginación es lógico, y comprensible, que algunos datos no concuerden.
2.- ATLAS, EL HUESO
Cuando estudiamos el sistema esquelético, generalmente lo hacemos por zonas, de modo que hablamos de los huesos de la cabeza (cráneo y cara) y cuello, tronco y abdomen, extremidades superiores y extremidades inferiores. Una estructura muy importante, que ocupa cuello, tronco y abdomen es la columna vertebral, también llamada espina dorsal o raquis. Se trata de una estructura flexible formada por una serie de huesos llamados vértebras (del verbo en latín verteré, “doblar, girar”), separados entre sí por unas piezas cartilaginosas denominadas discos intervertebrales, y cuya función es soportar el peso y proporcionar una superficie de inserción a los músculos .
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Columna vertebral. Fuente. |
La espina dorsal está formada por treinta y tres vértebras en total:
- Siete en la zona cervical (cuello), donde hallamos que las dos primeras vértebras poseen nombre propio y se apartan totalmente por su aspecto de las restantes. La primera se llama ATLAS (C1), la segunda axis (C2).
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Vistas inferior y superior del Atlas. Fuente. |
- Doce en la zona torácica (pecho) o región dorsal.
- Cinco en la zona lumbar.
- Cinco en la zona sacra o pélvica, pero soldadas en un hueso único, el sacro, de forma triangular, con la base hacia arriba, que articula lateralmente con los huesos de la cadera.
- Cuatro en la zona coxígea, reducidas solamente al cuerpo vertebral y soldadas en un solo hueso, el coxis.
Volviendo a nuestra protagonista, la vértebra ATLAS, esta se articula con el hueso occipital, y entre ambos sujetan la que sería el equivalente a la bóveda celeste de nuestro ser mitológico, la cabeza.
CARACTERÍSTICAS: La vértebra C1, el atlas, nos permite mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás, como cuando asentimos. Anatómicamente es similar a un anillo, algo arriñonada cuando se observa desde arriba o desde abajo. Sus carillas articulares superiores cóncavas reciben los cóndilos occipitales. C1 no tiene apófisis espinosa ni cuerpo y consiste en dos masas laterales conectadas por los arcos anterior y posterior. Transporta el cráneo y rota sobre las carillas articulares superiores planas grandes de C2, axis.
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Posición del Atlas. Fuente. |
CARACTERÍSTICAS: La vértebra C1, el atlas, nos permite mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás, como cuando asentimos. Anatómicamente es similar a un anillo, algo arriñonada cuando se observa desde arriba o desde abajo. Sus carillas articulares superiores cóncavas reciben los cóndilos occipitales. C1 no tiene apófisis espinosa ni cuerpo y consiste en dos masas laterales conectadas por los arcos anterior y posterior. Transporta el cráneo y rota sobre las carillas articulares superiores planas grandes de C2, axis.
Por delante se encuentra el arco más corto del hueso y en las masas laterales se observa que en la cara superior presenta una superficie que tradicionalmente se ha descrito como en forma de suela de zapato, conocida como cavidad glenoidea. El atlas (C1) está formado por dos arcos óseos muy anchos que forman un agujero en el centro del atlas para facilitar el paso de la médula espinal. En esta zona la médula espinal es más ancha por lo que necesita más espacio cuando sale del cráneo. Por tanto, C1 tiene proyecciones óseas laterales más grandes que las del resto de las vértebras. En el atlas podemos distinguir el: arco anterior, arco posterior, dos masas laterales, tubérculo anterior, tubérculo posterior y apófisis transversas. Si comparamos su forma con la de las vértebras lumbares, descritas a continuación, vemos que son morfológicamente muy distintas, aunque es fácil reconocer en ella todos los componentes de una vértebra "tipo".
VÉRTEBRA "TIPO"
En la parte frontal, las vértebras son redondeadas con discos entre
ellas y forman una columna apilándose una sobre otra. En la parte
posterior, las vértebras forman una estructura ósea continua que recorre
toda la espalda, con salientes y protuberancias.
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Vértebra tipo. Fuente. |
La vértebra se compone de cuerpo y arco. El cuerpo es la parte
redondeada de la vértebra que forma el pilar que sostiene el peso de la
columna. Entre el cuerpo de cada vértebra se encuentra un disco
intervertebral, una estructura elástica y flexible diseñada para
absorber los golpes, y también para la flexión. En la parte posterior
del cuerpo de cada vértebra se encuentran los pedículos y las láminas,
que protegen la médula espinal. Las apófisis transversales y las
espinosas conforman las zonas articulares de músculos y ligamentos; las
apófisis articulares superior e inferior forman las articulaciones o
puntos de comunicación, con vértebras arriba y abajo; y los forámenes
intervertebrales, pequeñas aberturas entre los pedículos a cada lado de
las vértebras dejan pasar a través de ellos las ramas nerviosas. Todas
estas estructuras componen el arco de la vértebra.
Al igual que a nuestro Atlas griego más de una vez le temblarían las piernas al sujetar tremendo peso, a nuestra vértebra, a veces, le pasa lo mismo, se desajusta, impidiendo un correcto encaje de nuestra cabeza (los cóndilos occipitales más concretamente) con los receptáculos convexos en la parte superior del atlas (carillas superiores articulares).
Si el atlas está girado o sufre alguna rotación respecto a su posición correcta, puede causar una reducción en el diámetro de la abertura en la base del
cráneo y del canal vertebral, lo que interrumpiría el flujo normal de información
entre el cerebro y el cuerpo, a través de la carótida y las arterias
vertebrales, el sistema linfático, la médula espinal, líquido cefalorraquídeo,
el sistema de las meninges y la médula espinal. Dado que el Atlas facilita la suspensión, equilibrio
y control de la columna vertebral humana y el sistema esquelético, es lógico pensar que un Atlas
desajustado puede causar cambios graves en la postura. ¿En qué se traduce todo esto? Pues en muchas cosas, perjudiciales todas ellas: dolores de cabeza y tortícolis
recurrentes, vértigos, migrañas, cefaleas tensionales, dolor de espalda y cuello,
lumbago, hernia de discos, escoliosis, nervios espinales presionados, problemas
digestivos, pelvis escoliótica, dolor en las articulaciones de la cadera, dolor
en una de las rodillas, diferencia en la longitud de las piernas, vista
borrosa,etc.. No obstante, no todo está perdido ya es posible recolocar el Atlas a su posición con su debido análisis y evaluación.
Como todos los huesos, sirve como superficie de inserción muscular, siendo once los músculos que se insertan en él.
3.- ATLAS, EL COHETE QUE LANZÓ AL ASTRONAUTA A LA HISTORIA
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John H. Glenn. Fuente. |
Hace dos días moría John H. Glenn, el primer astronauta americano en orbitar alrededor de la Tierra. Tres vueltas dio, concretamente, para lo que tardo 4 horas, 55 minutos y 23 segundos. No fue el primero humano en entrar en órbita, sino el tercero (por detrás de los rusos Gagarin y Titov), pero John Glenn hizo historia el 20 de febrero de 1962, cuando despegó en la misión Mercury-Atlas 6 dentro de la cápsula Friendship 7. Gracias a él, la NASA se puso al mismo nivel que Rusia en la carrera espacial y su misión, eso sí, fue mucho mas larga que los 80 minutos que lograron los rusos.
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Cohete Mercury-Atlas (20 de febrero de 1962). Fuente. |
En 1998 Glenn volvimos a ver a Glenn en todos los noticieros del mundo al ser, a sus 77 años el astronauta de más edad en alcanzar la órbita. Lo es aún hoy. En España lo recordamos al lado de Pedro Duque, en la misión STS-95 Discovery (una misión de nueve días).
Como ya habéis visto, la primera misión se llamó Mercury-ATLAS 6, y es que para poner al bueno de Glenn en órbita, la NASA empleó un misil balístico intercontinental, llamado ATLAS. Este tipo de cohetes, diseñados a finales de la década de 1950 por la Convair Division of General Dynamics, utilizaban oxígeno líquido y combustible RP-1 para propulsarse y de sus tres motores, se desprendía de dos en el ascenso, una la imagen que creo todos tenemos grabada en nuestra retina.
El
nombre del Atlas fue originalmente propuesto por Karel Bossart y su
equipo de diseño, quienes decidieron usar el nombre de nuestro titán para reflejar que, al igual que él, este misil era el más grande y poderoso creado hasta la fecha.
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ATLAS V551. Fuente. |
Además del Atlas que lanzó a nuestro astronauta a la fama, más de 500 en total han sido lanzados hasta la fecha, transportando sondas o satélites. Actualmente sigue en servicio el Atlas V, con lanzamientos previstos hasta 2020, si bien ya se ha comenzado a buscar un sustituto de menor consumo y con más capacidad de transporte. Aún así, de todos, el Atlas V 551 con 62,2 metros de altura y un diámetro principal de 3,81 metros y
una masa de despegue de 587.000 kilogramos, es el peso pesado de la
flota Atlas V de la serie SEC (Single Engine Centaur).
Una de las últimas misiones de los ATLAS ha sido el lanzamiento de la sonda OSIRIS-REX, el 09/09/2016, encargada de la primera misión para la recogida de muestras de un asteroide.
Como véis, todo guarda relación y, en este caso, es estelar, magnífica y triste al mismo tiempo, por la muerte de John H. Glenn. Sirva este post como humilde homenaje a él y a todos esos astronautas, titanes modernos que, al menos a mi, tanto asombro y, ¿por qué no decirlo? envidia sana despiertan al por acercarse y contemplar esas estrellas a las que los demás sólo podemos acercamos en nuestro imaginación y en nuestros sueños.
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Para saber más:
http://www.maicar.com/GML/Atlas.html
https://arescronida.wordpress.com/tag/atlas/
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/atlas/
http://sobreleyendas.com/2010/11/06/atlas-el-pilar-del-firmamento/
http://mitosgriegoscortosydemas.com/mitodeatlas/
http://sobregrecia.com/2009/08/09/atlas-el-titan-condenado/
https://es.wikipedia.org/wiki/Discusi%C3%B3n:Atlas_(mitolog%C3%ADa)
http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152012000200009
https://en.wikipedia.org/wiki/Atlas_(rocket_family)
http://danielmarin.naukas.com/2016/12/09/hasta-siempre-glenn/
http://danielmarin.naukas.com/2012/02/20/50-anos-de-glenn/
http://spaceflight101.com/spacerockets/atlas-v-551/
https://www.lanasa.net/
http://elpais.com/elpais/2016/12/08/ciencia/1481231816_425574.html
http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152012000200009
https://en.wikipedia.org/wiki/Atlas_(rocket_family)
http://danielmarin.naukas.com/2016/12/09/hasta-siempre-glenn/
http://danielmarin.naukas.com/2012/02/20/50-anos-de-glenn/
http://spaceflight101.com/spacerockets/atlas-v-551/
https://www.lanasa.net/
http://elpais.com/elpais/2016/12/08/ciencia/1481231816_425574.html
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