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sábado, 1 de octubre de 2016

ABEJAS, PAPAS y RELIGIÓN

Apis mellifera. Fuente.





"Las abejas son criaturas repletas de maravillas: ni
completamente mansas ni tampoco absolutamente salvajes,
sino un poco de ambas cosas, aunque son siempre idómitas,
ya que casi todo lo hacen por instinto."
(Moses Rusden)





Este verano viajé a Roma, la ciudad eterna. Ni que decir tiene que me encantó, y es que pocas ciudades pueden presumir de tener tanta historia y tantas muestras de un pasado glorioso, por centímetro cuadrado. 
Visión del Foro romano. Agosto 2016
Abejas en el Castillo Sant´Angelo.
 Roma es una maravilla, como toda Italia. Fue allí, en Roma donde hallé la "inspiración" para escribir esta entrada, concretamente en algunos de sus infinitos monumentos, donde aparecen abejas esculpidas, perfectamente identificables.
Lo cierto es que la presencia de iconografía zoológica es muy abundante en el mundo de las artes, y Roma está llena de ellas. Esta vez me fijé en las abejas, quizá, o sin duda, por mi formación de entomólogo, y porque hasta ese momento no las había visto representadas de manera tan aparente y, al parecer, como pude comprobar después, tan frecuente.

El resultado de las indagaciones hechas a mi regreso, acerca de esa, para mí, extraña presencia de abejas en los monumentos romanos, es lo que explico en esta entrada, además del significado simbólico de estos insectos en la religión, cristiana principalmente.

ABEJAS EN LA ROMA MONUMENTAL: ¿POR QUÉ?

Urbano VIII. Fuente.
La historia de nuestras abejas comienza en 1623, concretamente en el cónclave de cardenales que debía elegir al sucesor del fallecido Gregorio XV, cuyo pontificado apenas duró 2 años y 5 meses, lejos de los 21 años que durara el de su sucesor.

Tras 18 días de deliberaciones, apremiantes por el temor a una nueva epidemia de malaria en Roma, por la que habrían muerto varios cardenales, y cuando el cónclave cardenalicio estaba reunido para elegir al sucesor de Pedro al frente de la iglesia católica, un enjambre de abejas entró en el Vaticano y se estableció en la habitación en la que Maffeo Barberini (1568-1644) esperaba el resultado de la votación. Este hecho, sumado a que el escudo de armas de su familia, los Barberini, quienes gobernaron Roma y el Vaticano en el siglo XVII, contaba con un trígono de abejas doradas sobre fondo azul, hizo
Escudo papal de Urbano VIII. Fuente.
que... ¡así es!, el florentino Maffeo Barberini pasara a ser el papa Urbano VIII (1623-1644) y, el trígono de abejas de su familia, adornado ahora con la tiara papal y las llaves de San Pedro, se incorporara a la arquitectura monumental de Roma, como escudo papal.

Tabanus sp. Fuente.
Lo cierto es que, en lugar de abejas podrían haber sido tábanos (familia de dípteros -moscas- braquíceros), un animal en principio más "vulgar" y cargado de menor simbolismo, o al menos no tan "noble", por aquello de que la mayor parte de las hembras son hematófagas, alimentándose de la sangre de aves y mamíferos (los machos se alimentan de néctar y polen) y por ser la cuarta plaga que Dios mandó sobre Egipto (tras la de las aguas convertidas en sangre, las ranas y los piojos) para demostrar su poder y "convencer" al faraón de que debía liberar a Moisés y su pueblo, o atenerse a las consecuencias.

Digo que el escudo papal pudo tener tábanos en lugar de abejas melíferas porque la familia Barberini, en un principio se llamaba Tafani (Tábanos), pero a medida que su poder y prestigio aumentaron en la sociedad florentina y romana, cambiaron el nombre de Tafani por el de Barberini, en referencia al pueblo de Barberino en el valle de Elsa, cerca de Florencia, de donde eran originarios.

G L. Bernini. Autorretrato. Fuente.
Resumiendo muchísimo, el pontificado de Urbano VIII, se caracterizó, entre otras cosas, por un alto y avergonzante grado de nepotismo colocando y promocionando, a los pocos días de su coronación, a sus sobrinos y hermano, en la estructura del poder vaticano, y es que lo de colocar a la familia viene de lejos. Urbano VIII, sin embargo, además de prohibir la esclavización de indígenas, también se caracterizó por ser protector de las ciencias (fue amigo de Galileo Galilei, aunque le retirara su amistad en 1630, tras la publicación de la obra maestra de Galileo, Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo, en la que defendía el modelo copernicano sobre el heliocentrismo) y el arte, con
una gran actividad de mecenazgo, que es el que nos interesa hoy aquí. Es a esta política de mecenazgo a la que debemos la construcción del Palacio Barberini en Roma, la iglesia de Santa Maria della Concezione dei Cappuccini y la villa de Castel Gandolfo, lugar de vacaciones de los papas, aparte de muchas otras iglesias, plazas y fuentes.
De todas las abejas que hay en Roma, sólo en la Basílica de San Pedro el especialista en arte Sandro Barbagallo halló 500, según explica en su libro “Lo zoo sacro Vaticano. Iconografia e Iconologia zoomorfa nella Basilica di San Pietro”.

Si se me permite el inciso, diré que las abejas, aparte de los Barberini, han sido el emblema de otros grandes personajes de la historia, especialmente en Francia. Tal es el caso de algunas antiguas familas nobles francesas, en representación de su obligación cívica para con la corona y el pueblo. También uno de los personajes franceses más famosos, Napoleon Buonaparte, adoptó la imagen de este insecto como símbolo personal, en consonancia con el emblema de la República Francesa, la colmena. Y sin abandonar Francia, ni la colmena, diré que también Juana de Arco fue representada con una colmena.

Volviendo a nuestro papa, otra curiosidad apícola es que su nombramiento fue celebrado con la publicación de tres tratados científicos sobre abejas: Melissographia (con reproducciones de abejas anatómicamente muy precisas en su portada), Apes Dianiae y Apiarium, escritos todos por filósofos de la Academia Lincea en 1625.
Portada del tratado sobre abejas Melissographia. Francesco Stelluti (1625). Fuente.

De entre todos los artistas patrocinados por Urbano VIII, destacó, sin duda, el escultor y arquitecto Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), "Hombre excepcional, artífice sublime, nacido por disposición divina y para que la gloria de Roma ilumine el siglo" según su mecenas. Es a Bernini a quien debemos, en gran parte, la invasión de abejas en Roma, realizadas en agradecimiento y reconocimiento a Urbano VIII. 

De las obras en las que aparecen abejas, destacaré:

  • El baldaquino de bronce, de 29 metros de altura, que hay sobre el altar de la Basílica de San Pedro del Vaticano, obra cumbre de Bernini, donde las abejas simbolizan el efecto del viento.

Izqda: Baldaquino sobre el altar de la Basílica de San Pedro del Vaticano (autor); Dcha: Detalle con abejas. Fuente

    • La Fontana delle api (Fuente de las abejas) cuyo diseño se basa en otro animal (son las dos valvas de un pecten -molusco-), se remonta a la mitad del siglo XVII y fue colocada, originalmente, en la esquina entre Plaza Barberini y Calle Sistina, si bien hoy día la hallamos en la Calle Veneto, junto a dicha plaza Barberini, donde hallamos una fuente monumental, de la que hablaré después.
      Fuente de las abejas. Fuente.




      Fuente de las abejas. Grabado de L. Rossini, segunda mitad del siglo XIX. Fuente.
        Esta fuente, construida en su tiempo como abrevadero para las caballerías, mitiga ahora la sed de los turistas que, como mis amigos y yo, paseamos sus calles bajo un sol abrasador.

      Detalle de las abejas en la Fuente de las abejas. Fuente.

        • La Fontana del Tritone (Fuente del Tritón) en la Piazza Barberini es una enorme fuente de marmol travertino cuyo protagonista es un enorme Tritón, dios del mar, hijo de Poseidón y Anfritrite. Representado como una sirena, mitad hombre mitad delfín, lanza un chorro de agua a través de una caracola (otro símbolo zoológico), sentado sobre una enorme concha (otro más) sostenida por cuatro delfines (¿alguien da más?) que sotienen, con sus colas, el escudo papal con sus tres abejitas, nuestras protagonistas.
        Fuente del Tritón (agosto 2016).
        Detalle de las abejas en la Fuente del Tritón (agosto 2016)

          • Fuente della Barcaccia (Fuente e la Barcaza), en la Piazza di Spagna (Plaza de España). Esta fuente fue realizada por nuestro Bernini, Gian Lorenzo, pero esta vez como ayudante de su padre Pietro, a quien se le encargó. La fuente se finalizó en el año 1627, inspirada, según se dice, por la llegada a la plaza de un barco en la inundación del tíber en 1598. La anécdota serviría para que el Papa Urbano VIII la encargase. Completan la Barcaccia, elementos decorativos con forma de soles (el otro gran símbolo de los Bernini) y, por supuesto, abejas.
          Fuente de la Barcaza, en Plaza de España. Fuente.
          Escudo papal de Urbano VIII, con sus tres abejas, en la Fuente de la Barcaza. Fuente.
          Aparte de estas cuatro destacadas obras, pueden encontrarse abejas también en el Palacio Barberini, en los museos Vaticanos, en el Castelo de San Angelo, en la iglesia Santa María in Aracoeli y en muchos otros lugares donde el Papa Urbano VIII dejó su sello, destacando su propio sepulcro, en la basílica de San Pedro, como no podía ser de otra manera, y que costó veinte años de trabajo a Bernini. En él vemos a Urbano VIII sentado, bendiciendo con la mano derecha y con dos figuras alegóricas en la parte inferior, una a cada lado la Justicia y la Caridad, de impresionante marmol blanco. La primera de ellas sostiene una gran espada decorada con las abejas papales, aparte de las abejas de bronce que hallamos en el sepulcro.

          BIOLOGÍA Y SIMBOLOGÍA RELIGIOSA

          Que nuestra querida abeja de la miel Apis mellifera, (originaria de Asia meridional, Afganistán y alrededores probablemente) vive en colmenas o colonias (la mayoría de las abejas no lo hacen), es algo que todo el mundo conoce. Que el trabajo en estas colonias está dividida en castas, reina, obreras y zánganos, con reparto de funciones, es algo que creo que también. Aunque no es el objeto de este post, si creo necesarios unos breves apuntes sobre estas castas. No me extenderé. Así:
          Castas de las abejas.
          1.  La Reina es la encargada de poner huevos y mantener unida la colonia, gracias a la liberación de feromonas. Si muere, las obreras "ascenderán" a una de las suyas trasnformándola en reina al alimentarla de jalea real. La reina puede llegar a vivir entre 4-5 años.
          2. Las obreras, no están desarrolladas sexualmente, son más numerosas, al igual que sus funciones, entre las que encontramos la búsqueda de alimento, la construcción, actuar de nodrizas con las larvas, cuidar y asear a la reina, limpieza y protección de la colmena, por la que llegan a dar su vida. Una de las funciones más llamativas es la de ventilarla para regular su temperatura haciendo correr el aire con  batir de sus dos pares de alas. La vida media de las obreras es de 4-5 semanas, excepto cuando nacen fuera de temporada y se ven obligadas a hibernar
          3. Los zánganos son los únicos machos de la colmena y tienen como única misión fecundar a la reina. Una vez prestados sus servicios, ante su incapacidad para realizar otras funciones, e incluso para alimentarse solos, si no hay ningún contratiempo, son expulsados de la colmena, por las obreras, ya que supondrían un lastre y gasto innecesario de alimento durante el invierno. Ni que decir tiene que esta expulsión provoca su muerte por inanición.

            Reproducción de las abejas. Fuente.
            Las tres castas de abejas son interdependientes. La reina y las larvas no pueden vivir sin el cuidado y ayuda de las obreras; la reina, además, no puede procrear sin los zánganos y las obreras son infértiles, aunque, cuando no hay una reina, pueden producir zánganos, por el mecanismo de partenogénesis (ver información sobre genética de las abejas pinchando aquí)

            Con todo esto en mente, sobra decir que las abejas han dado sobrados motivos para que, sobre sus rasgos morales y políticos se haya escrito mucho a lo largo de la historia, variando las interpretaciones de su vida social en la colmena según los intereses de cada momento. De entre todas rigieron durante muchos siglos las interpretaciones del poeta Virgilio en su libro las Georgicas (fantasiosas debidas a su desconocimiento de la biología real de las abejas), quien ensalzaba su espíritu de cooperación, igualdad de condiciones y beneficio mútuo. La abeja representaba el orden y era la prueba de la existencia de reglas de la naturaleza, de un marco en el que la sumisión sistemática promueve la paz, con todo lo que ello implica ..., aunque me da a mi que si le hubiese preguntado a los obreros más de uno se habría quejado. Nada distinto a lo que sucede en nuestra sociedad.

            Centrándonos en las obreras, las virtudes hogareñas de las abejas supuestamente incluyen, la limpieza, los gustos sencillos, la docilidad y los buenos modales, la nobleza, la generosidad, la modestia, la laboriosidad (trabajan hasta la extenuación), le elocuencia y la valentía, siendo estas virtudes las que querrían evocar quienes adoptaron a este animal como símbolo político, religioso, personal o familiar.

            Si nos centramos en su simbología religiosa, diré que en la Edad Media, para los autores cristianos las abejas eran símbolo de santidad e inocencia. La abeja era sierva de Dios y la única criatura que logró huir del Paraíso antes de que Adán mordiese la manzana ofrecida por Eva, con todo lo que ello supuso para la humanidad. Es más, para los galeses, por ejemplo, estas sufrieron dicha expulsión del Paraíso por culpa del hombre, y razón no les falta.

            Aspecto de una abeja. Fuente.
            Para los húngaros, por otro lado, las abejas, blancas originariamente, se tornaron oscuras tras luchar con Satanás. Pero la cosa no queda ahí, porque la estrecha cintura que las caracteriza, también fue fruto de esa, imagino que tremenda batalla. Según la leyenda, Satán, al verlas haciendo recados a escondidas, para Dios, las ató con su látigo, creando así ese estrechamiento tan marcado entre el tórax y el abdomen. Siguiendo con el tema, también se dice que las llamas de ese látigo provocaron cicatrices en las mismas, cicatrices que hoy vemos como rayas que reconocemos en el abdomen de las abejas.

            La reproducción asexual de las abejas, por partenogénesis (reproducción sin necesidad de fecundación), también dio mucho que hablar e hizo fácil su asociación con el culto mariano, siendo muchas las representaciones en las que las hayamos al lado de la Virgen María, como símbolo de pureza y, ni que decir tiene, como símbolo de la "excepcional" concepción de Jesús, el Hijo de Dios. 



            En algunos mitos bretones llegan más allá y sostienen que las abejas nacieron, directamente, de las lágrimas derramadas por Cristo en la Cruz, creencia que se manifestó también en los egipcios antiguos, pero con el dios Rá como protagonista, y sin cruz de por medio, claro está.

            Abejas obreras trabajando en la colmena. Fuente.
            Las abejas, la miel, la cera, el panal y todo lo que tuviera que ver con ellas era relaccionado ahora con la pureza. Del mismo modo, las abejas también fueron vinculadas con la idea cristiana de sacrificio personal y con la verdad. 

            Se ha llegado a relacionar, incluso, la supuesta virginidad de las abejas como un emblema de la condición de las monjas de clausura y el vuelo de las mismas era un símbolo del alma elevándose hacia el cielo.

            S. Ambrosio de Milán. Fuente.
            Por otra parte, la miel, para la tradición occidental, representa la elocuencia, la inmortalidad y el placer. De Platón y algunos poetas antiguos, se dice que fueron alimentados con miel que depositaban las abejas directamente en su boca, lo que explicaba la dulzura de sus palabras.
            San Ambrosio de Milán (340-397) y San Bernardo de Claraval (1090-1153) recibieron el título de doctor mellifluus (doctor del que mana la miel) debido a su dulce retórica. A ambos se les suele representar con una colmena y con un enjambre de abejas, respectivamente, siendo además los patrones de los apicultores y cereros. Otros santos como San Valentín, o Santa Rita de Casia también son asociados a las abejas.







            S. Bernardo de Claraval. Fuente.


            Citando brevemente a otras religiones, señalaré que la Jersualén celestial de la tradición judaica está llena de fuentes de miel. El Corán también promete ríos de miel en su paraíso y en él podemos leer que Alá le da a An-Nahl, la abeja, la orden de poblar el mundo y fabricar colmenas para favorecer a la humanidad.

            Dios hindú del amor: Kamadeva. Fuente.
            En religiones como el hinduismo, el dios del amor, Kamadeva (el qeuivalente a cupido), se representa, entre otras cosas, con un arco de caña de azúcar, con abejas posadas sobre él. Sus flechas son flores y la cuerda está hecha con abejas [que producen miel kama madhu: ‘la miel del deseo’] enganchadas entre sí.

            Si nos remontamos más atrás aún en el tiempo, Zeus, el padre de todos los dioses, era frecuentemente llamado Meliseo, y según algunas fuentes, cuando era niño, en Creta, fue alimentado por abejas, por lo que les dio el color dorado, aunque a mi me atrae más la idea de esa lucha con el diablo, ya explicada, quizá porque el arcángel San Miguel, con el que comparto nombre, también se enfrentó a Satanás.


            No quisiera terminar sin recordar, en esta época en que están desapareciendo cada vez más abejas por la irresponsabilidad humana, la importancia que tienen en el mantenimiento de los ecosistemas tal y como los conocemos, siendo el principal polinizador que existe. Se calcula que el 75% de las plantas silvestres son polinizadas por estos animales, y aproximadamente el 40% de las frutas y verduras que comemos. Recordemos las palabras de Albert Einstein y tomemos conciencia, aunque sea por interés, algo inherente al ser humano: “Al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”.


            El siguiente vídeo analiza el problema de la desaparición de las abejas.



            Aquí podrás firmar una petición para eliminar los pesticidas que amenazan a estos importantes insectos. FIRMAR.

            Pinchando aquí puedes encontrar algunos consejos para ayudarlas y contribuir a su recuperación.

            Si te interesa la lectura, te recomiendo la novela titulada "Historia de las abejas", de Maja Lunde, (novela revelación de las letras en Noruega y premio de los libreros noruegos en 2015) que trata de la relación global de los humanos y la naturaleza a través del tiempo, empleando a las abejas. Esto lo hace entrelazando tres historias distintas, la de un naturalista y comerciante de semillas inglés, en 1852,  la de un apicultor estadounidense en 2007 y la de una familia de trabajadores chinos en polinización manual, un punto de vista muy interesante, sin duda. Sí te interesa podrás leer una breve reseña acerca de la misma, y comprarla, pinchando aquí o aquí.



            El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización,

            Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/748901/0/abejas/ser-humano/imprescindibles/#xtor=AD-15&xts=467263
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            El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización,

            Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/748901/0/abejas/ser-humano/imprescindibles/#xtor=AD-15&xts=467263
            Como siempre, si te ha gustado, COMENTA Y COMPARTE.

            Para saber más:

            - Preston, Claire (2008) Abeja. Editorial Melusina, Barcelona.
            - https://es.wikipedia.org/wiki/Urbano_VIII
            - https://www.ecured.cu/Urbano_VIII 
            - http://www.apicolturaonline.it/bernini.pdf
            - http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/gian-lorenzo-bernini-el-ultimo-genio-de-roma_8851
            - http://galleriabarberini.beniculturali.it/index.php?es/188/bernini-retrato-de-urbano-viii
            - http://www.nematollahi.org/revistasufi/articulos/Simbolismo_de_las_abejas.pdf

            Sobre las abejas y su importancia
            - http://www.andaluciaecologica.com/cambio-climatico/la-desaparici%C3%B3n-de-las-abejas/
            - http://ecoosfera.com/tag/abejas-importancia-en-ecosistema/
            - http://nationalgeographic.es/animales/insectos/abeja

            5 comentarios:

            1. Mil gracias por la información los invito a conocer el proyecto de protección de las abejas que vengo adelantando www.facebook.com/paraunaabejaunaflor

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            2. Un saludo grande y a la vez, envío mi reconocimiento más absoluto hacia usted, por su notable trabajo y justificado mérito de conocimiento, elocuencia y ameno léxico.
              Curioseando por la web, me he encontrado con este ingreso.
              He estudiado al gran maestro Bernini, desde hace un cierto tiempo y precisamente me llamó la atención que las abejitas estén ligadas a él (y a su familia), como elemento heráldico.
              Ha sido un material de todo mi gusto, me aclaró muchas dudas y me enseñó bastante.
              Gracias y un abrazo desde Concepción, Chile.
              ¡¡Hasta siempre!!

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              Respuestas
              1. Muchísimas gracias por tan amables palabras Vicenzio. Un placer que haya disfrutado de la lectura, y de haberle mostrado algo del gran Bernini a alguien muchísimo más sabio que yo en ese tema. Un saludo, y hasta pronto, pues hasta siempre es mucho tiempo.

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            3. Hoy 20 de Mayo del 2020 me entero que es el día mundial de “Las Abejas” y justo anoche hice una acuarela de la abeja del castillo de Sant’ Angelo. Y me metí a buscar más información sobre las abejas en el Vaticano. Y me encontré esta maravilla. Muchas gracias por el aporte!! Soy arquitecta y me gusta mucho el estudio de la iconografía.

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              Respuestas
              1. Gracias a ti GAMA, es un placer saber que disfrutaste con la lectura,y que te fue útil. Me encantaría ver esa acuarela algún día. En Twitter soy @ElBichologo, por si te animas a compartirla. ¡Un saludo!

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            Comenta, ¡no te cortes!, pero siempre con respeto. Gracias